
Las mujeres "jodidas" son como ortigas mezcladas entre el campo de tréboles. Guarda, porque te podés llegar a enganchar porque te pareció linda, porque te dio la impresión de que es interesante y porque encima te da bola, pero los costos a pagar son inconmensurables. Antes de que sea demasiado tarde, tomá nota de los siguientes detalles, y si coinciden con lo que estás viviendo, mirá dónde hay una ventana y tirate por ella cuanto antes.
Los cambios drásticos de humor: Te encontrás una noche con ella, la pasan recontra bien, se matan en la cama y se duermen eligiendo nombres para los chicos que planean tener. A la mañana, te despertás y ella está fumando en una silla, mientras te mira fijamente: "Vestite. Nada tiene sentido. No te quiero ver nunca más", te dice con frialdad de jefe de Personal.
El fatalismo: Para afianzar el vínculo, organizás un viaje distinto con ella. Sacás un préstamo a 60 meses y van a la Patagonia. En Puerto Madryn, viendo las ballenas, te dice: "Y pensar que todo esto será nada cuando se desate el holocausto nuclear y nos veamos consumirnos en medio de la fisión atómica". Después se pone a llorar y se va corriendo.
Siempre hay algo mal: Siempre habrá algo que le impida disfrutar lo que sea. Van a un recital de Silvio Rodríguez, y lo vivís como una experiencia religiosa. Cuando salen, ella está con cara de orto. "¿Viste la marca de la guitarra? Era una Zeringer. Esos tipos las hacen con árboles que sacan del Amazonas. Ustedes acá cantando 'Sueño con serpientes', mientras miles de familias en la selva se quedan sin hábitat".
La incapacidad para pavear: Nadie puede estar tooodo el tiempo en lo importante y comprometido. Con esa idea, en una reunión de amigos se ponen a jugar ese juego pelotudo de decir con mímica el título de una película. Ella arruina todo con películas como "El acorazado Potenkim", "Citizen Kane" y "2001 Odisea en el espacio".
El mal concepto de sinceridad: Le presentás a tu mejor amigo, y él los recibe con su esposa para una cena piola. La mujer de él bromea sobre los kilos de más que tiene. "Estás linda igual", le dicen él y vos. "No le mientan", interrumpe ella, y dirigiéndose a la otra, completa: "Lo tuyo tiene que ver con una condición genética que es irreversible. Ya estás fea, y te vas a poner peor. Pero por lo menos tenés que ser consciente, o vas a seguir usando pantalones como ése, que te dejan como un cachalote guardado adentro de un globo".
El vaso medio... inexistente: No son capaces de ver la mitad del vaso que está llena, ni la mitad del vaso que está vacía, porque directamente son incapaces de ver el vaso. Como un boludo, instruido en tanta película empalagosa, la llevás a un restorán a todo culo, te gastás lo que no tenés y a la hora del postre le das un estuchecito con una sortija adentro. Con tu mejor cara de George Clooney lanzás eso de "quisiera saber qué tenés que hacer el resto de tu vida", y ella se queda pensando un rato largo, y al final te tira los panqueques de dulce de leche y el anillo por la cara. Mientras se va chocando mesas y convirtiéndote en centro de atención de todos los comensales, te grita: "¡A mí nadie me compra con una cena de mierda, entendiste, nadie!!!".
El final: Un día, si tenés suerte, ella te cuelga, porque vos sos tan boludo que no lo vas a hacer. Entonces ella, después de darte diez razones para terminar, que son todas culpabilidades tuyas, te consuela diciéndote: "Y bueno, por lo menos quedan las cosas lindas que vivimos juntos".
1 comentario:
Te chocaste con las minas más jodidas me parece... o quizas fueron elecciones incorrectas, suele pasar..jajaja. Pero somos un mal necesario!
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